El pasado lunes 28 de abril de 2025, España y Portugal experimentaron un apagón eléctrico sin precedentes que dejó sin suministro a millones de personas durante varias horas. El corte, iniciado a las 12:32 horas, afectó gravemente a servicios esenciales, infraestructuras de transporte y comunicaciones, generando caos e incertidumbre en amplias zonas del territorio.
Causas preliminares y respuesta institucional
Según Red Eléctrica de España (REE), el incidente se originó por la pérdida súbita de 15 gigavatios de generación eléctrica en apenas cinco segundos, lo que representa aproximadamente el 60% de la demanda nacional en ese momento. Aunque se han descartado ciberataques y fenómenos meteorológicos extremos como causas, las investigaciones continúan para determinar el origen exacto del fallo.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, convocó de urgencia al Consejo de Seguridad Nacional y anunció la elaboración de informes técnicos independientes para esclarecer lo sucedido. Además, se destacó la necesidad de revisar la estructura del sistema eléctrico y su capacidad de respuesta ante situaciones críticas.
Impacto en Salamanca y otras regiones
En Salamanca, el apagón coincidió con las celebraciones del Lunes de Aguas, afectando tanto a residentes como a visitantes. El suministro eléctrico comenzó a restablecerse alrededor de las 15:30 horas, aunque las conexiones móviles y otros servicios continuaron presentando problemas durante el resto del día.
El corte de energía también provocó la paralización de semáforos, ascensores y sistemas de agua corriente, generando situaciones de riesgo y complicaciones en la vida diaria de los ciudadanos.
Consecuencias y reflexiones
Este apagón ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del sistema eléctrico ibérico y la necesidad de mejorar las interconexiones con el resto de Europa. La escasa capacidad de interconexión, actualmente en torno al 2%, limita la posibilidad de recibir apoyo externo en situaciones de emergencia.
Además, el incidente ha reavivado el debate sobre la autosuficiencia energética y la importancia de contar con sistemas de respaldo, tanto a nivel individual como colectivo. La demanda de productos como generadores, radios de baterías y sistemas de energía solar ha aumentado significativamente tras el apagón.
En respuesta a la crisis, se ha intensificado la colaboración entre las autoridades nacionales y europeas para fortalecer la resiliencia del sistema eléctrico y prevenir futuros incidentes de esta magnitud.